Incluso el jugador Billy Wright manifestó su desdén por el nuevo calzado, declarando que eran más apropiadas para el ballet que para el fútbol. Las primeras botas cortadas por debajo del tobillo fueron introducidas por Adidas en 1954. A pesar de que costaban el doble de las botas convencionales hasta entonces, fueron un gran éxito y establecieron la base de la compañía alemana en el mercado del fútbol. En el periodo inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, muchos equipos de Europa se vieron forzados a vestir uniformes inusuales, a causa del racionamiento de la vestimenta.