La última propuesta, ya rechazada, es de 7’5 millones, como ha avanzado ABC. En este sentido, todas las imitaciones y copias serían consideradas como kitsch, especialmente cuando se usan materiales que pretenden ser otra cosa (plástico que imite oro, cristal o madera, por ejemplo), siempre y cuando estén pensadas para que su poseedor aparente ser de una clase social, económica o cultural «superior» a la suya.